Las VI Jornadas Europeas de Patrimonio ponen el foco sobre los puertos fluviales e ingenios hidráulicos de la cuenca del Nansa

Las Jornadas Europeas del Patrimonio (JEP) regresan a Cantabria los días 8 y 9 de junio para intensificar el conocimiento de los ciudadanos sobre el ingenio hidráulico y los puertos fluviales de la cuenca del Nansa.

La sexta edición de este programa procurará a los participantes una nueva lectura de este río cántabro, de apenas 50 kilómetros, que vuelve a recuperar la riqueza salmonera que tuvo hasta mediados del pasado siglo.

Gracias a la colaboración entre la Fundación Botín, el Gobierno de Cantabria y los Ayuntamientos participantes, la comunidad autónoma es parte, desde 2014, del evento cultural de carácter participativo más grande de Europa. Cada año, más de 20 millones de personas se movilizan para conocer más de 50.000 monumentos y lugares pertenecientes a los 50 países involucrados en el programa.

El Valle del Nansa y Peñarrubia, en donde la Fundación desarrolla su Programa de Desarrollo Rural, fueron los primeros municipios cántabros en sumarse a esta propuesta para promocionar y dar a conocer los recursos patrimoniales del territorio. En la edición de 2019, también son pioneros en desdoblar la organización de las JEP en varias fechas entre la primavera y el otoño.

La primera cita de esta iniciativa está dedicada a profundizar en el patrimonio fluvial de la cuenca del Nansa. El sábado 8 de junio habrá un recorrido guiado que comenzará a las 10:00 horas en el embalse y la presa de la Cohílla, en Polaciones. Esta obra del ingeniero Santiago Corral es la primera presa de bóveda que se construyó en España. Desde allí, se seguirá el curso descendente del agua para conocer varias ferrerías, otro de los aprovechamientos históricos de este río. La expedición se detendrá tanto en la ferrería de Cosío, ya en ruinas, como en la de Cades reconstruida y musealizada en el año 2000. Asimismo, durante esta jornada se visitarán -desde el exterior- el Balneario de aguas sulfurosas de La Brezosa, en Puentenansa, y la finca donde se sitúa el Molino de Rioseco.

El domingo 9 de junio, las Jornadas Europeas de Patrimonio se dedicarán a los ríos Nansa y Deva, presentando para ello dos alternativas. Ambas comienzan a las 10:00 horas y concluyen en torno a las 14:30. La primera de ellas, denominada ‘Camino del agua’, propone una sesión de Paddle SUP en el embalse de Palombera, recorrer la senda fluvial del Nansa hasta Muñorrodero y participar en la Fiesta de la Gaita Cántabra en Unquera. La segunda, titulada ‘Camino del hierro’, estará consagrada a los puertos fluviales y marítimos, cuya actividad permitió el establecimiento de las ferrerías. Esta ruta permitirá visitar el puerto de San Vicente de la Barquera, en donde el mineral era transbordado en barcazas y transportado hasta el puerto fluvial de Muñorrodero. Allí se desembarcaba y era transportado en carretas hasta Cades y otras ferrerías.

Los interesados en participar en cualquiera de las dos jornadas de las JEP 2019 pueden reservar su plaza a través de la web de la asociación de naturaleza, cultura y aventura Scapha (www.scapha.com) El precio por persona es de 10 euros e incluye autobús gratuito siempre y cuando haya un mínimo de 30 participantes. En este contexto, el Balneario de La Hermida oferta una jornada termolúdica para el domingo día 9. En este caso, incluye un recorrido termal, una charla sobre las cualidades de sus aguas y un menú completo, por un precio de 36 euros. Información y reservas por teléfono (942 71 42 06) o a través del correo electrónico (drural@fundacionbotin.org). Además, durante la semana siguiente a las JEP, los escolares de la zona realizarán diversas actividades extraescolares relacionadas con el patrimonio fluvial.

Las Jornadas Europeas de Patrimonio 2019 en Valle del Nansa y Peñarrubia tendrán continuidad a principios de otoño. La segunda cita de la iniciativa estará dedicada al conjunto fortificado que organizaba el Valle del Nansa: desde las numerosas torres medievales para la vigilancia del territorio hasta fortalezas como el castillo de Santa Catalina, hoy conocido como ‘Bolera de los Moros’, en el abrupto paisaje que vierte ya al río Deva a lo largo del Desfiladero de La Hermida.



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